Porque a veces, más grande que la vida misma es el tamaño justo.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Ampliación de trasfondo para All for One: Régime Diabolique

All for One: Régime Diabolique es una ambientación para los sistemas de juego Savage Worlds (PEG) y Ubiquity (TAG) que mezcla historia, magia y horror en el marco de las historias de capa y espada de los mosqueteros. Es una de las mejores obras de un gran gurú de Savage Worlds y del juego pulp en general, Paul "Wiggy" Wade-Williams. La versión con el sistema Ubiquity ha sido publicada en castellano de la mano de Summum Creator.

He diseñado el trasfondo que expongo a continuación para que sea independiente del sistema de juego elegido, así que puede usarse para cualquiera de las versiones.

Eso sí, las Mosqueteras de la Reina sólo aparecen, dentro del manual básico, en la versión de Savage Worlds. Para tener el trasfondo general de las Mosqueteras tal y como lo presenta el autor del juego, en su versión Ubiquity se necesita un suplemento: Richelieu's Guide to Expanded Characters. No obstante, con lo que se explica a continuación no es muy necesario tampoco tener dicho trasfondo, aunque el suplemento es recomendable desde el punto de vista de las opciones mecánicas y mayor variedad que ofrece.

La historia detrás de las Mosqueteras de la Reina: 
Ampliación de trasfondo para All for One: Régime Diabolique 

By Pop Gligor.
Tal y como se refleja en los manuales de Todos para Uno: Régime Diabolique, la historia de Europa en aquel universo es ligeramente distinta a la de nuestro mundo. Las diferencias se dan en muchos  aspectos, pequeños y no tan pequeños. Esas distinciones existen por razones dramáticas y temáticas: se han creado para que el mundo se adapte mejor al género y estilo que propone la ambientación.

Dichos cambios incluyen desde la existencia de varios tipos de magia, de monstruos y demonios del Infierno, a la influencia en la historia de las sociedades secretas. Y también hay que contar los cambios relacionados con el desarrollo temprano de la tecnología y los inventos, y de la ciencia y la filosofía ilustradas.

 CC-BY-SA-4.0

Siguiendo ese modelo general, aquí se propone una historia alternativa que enriquece el trasfondo de las Mosqueteras de la Reina, de manera que la existencia de este cuerpo se imbrica de una forma más natural y detallada en la historia de mundo. Este trasfondo se ha creado de forma que no contradiga y sea compatible con la información oficial de la ambientación, salvo en un pequeño detalle: cuando en los manuales se especifica que las Mosqueteras son la única unidad de mujeres combatientes de Europa, habría que modificar esa afirmación por la de que son "la única unidad de mujeres combatientes católicas de Europa".

Una historia un poco diferente

Como en nuestro propio mundo, en la Europa de la ambientación hubo varias tradiciones de mujeres guerreras en la Antigüedad y la Alta Edad Media. Sobre todo en los ámbitos céltico, germánico y escandinavo. En nuestra realidad esas tradiciones fueron diluyéndose con el devenir de los siglos, en parte por la imposición de un cierto modelo de mujer y de relaciones entre sexos, relacionado tanto con el mundo latino como con el cristianismo romano.

En la realidad de Todos para Uno: Régime Diabolique, por el contrario, no se dio esa imposición de cierto modelo femenino, que excluye casi cualquier papel militar de la mujer. Al contrario, como reacción al modelo católico-mediterráneo, en la Plena y Baja Edad Media florecieron y arraigaron varias tradiciones de mujeres-soldado.

En el mundo anglosajón y nórdico se desarrollaron las tradiciones ligadas originariamente a la figura de la esposa-madre como defensora de la casa y las tierras del linaje. Eso derivó en dos tipos de tropa: milicias de mujeres defensoras de señoríos, pueblos y ciudades; y guardias de corps de la nobleza y la monarquía. Estas tradiciones se mantuvieron vivas durante la Baja Edad Media y solo remitieron con la última expansión del dogma católico en los siglos XIV y XV, para resurgir con fuerza tras las rupturas de anglicanos y protestantes con Roma.

The Honourable Corps of Gentlewomen at Arms

En Inglaterra, por ejemplo, Enrique VIII creó la unidad de guardaespaldas reales conocida como La Honorable Tropa de las Damas de Armas, a partir de la unificación de varios cuerpos femeninos pre-existentes. Estas valientes mujeres de noble cuna tuvieron que superar, a base de espada y orgullo, los prejuicios que en su momento las vincularon a los apetitos sexuales del monarca.  El prestigio y las responsabilidades de la Tropa de las Damas se fueron ampliando y afianzando con los sucesivos monarcas, llegaron a su esplendor con el reinado de Isabel I. La reina reformó y fortaleció este cuerpo, para convertirlo en el firme instrumento de su voluntad, y usarlo contra sus enemigos dentro y fuera de las Islas Británicas.

Die Schwestern des Deutschen Ordens

Por su parte, la tradición de mujeres guerreras del mundo germánico fue muy fuerte en la tardo-antigüedad y la Alta Edad Media, y se prolongó en el medievo para influenciar el propio concepto de las órdenes militares, al menos en la versión centroeuropea. De este modo, cuando los cruzados alemanes en Tierra Santa fundaron la Orden de los Caballeros Teutónicos, lo hicieron con una estructura doble y paralela, que albergaba por separado capítulos de hombre y de mujeres. A su regreso a los territorios del centro y norte de Europa, ambas ramas de la Orden se desarrollaron enormemente (al calor de las llamadas Cruzadas Bálticas).

En la actualidad de 1636, la Orden Teutónica, en sus dos vertientes masculina y femenina, ha devenido una orden más laica que religiosa, que es alimentada por la nutrida nobleza menor alemana. Como grupo, representan tanto los intereses de los príncipes alemanes, como al Luteranismo más combativo.

Les Mousquetaires de la Reine


 CC-BY-SA-4.0
En el caso Francés, la creación de las Mosqueteras de la Reina por parte del Cardenal Richelieu se explica como un atrevido golpe de mano del poderoso primer ministro. Dada la fidelidad católica de la monarquía francesa y su animadversión contra los protestantes, los monarcas anteriores a Luis XIII desbandaron las unidades y milicias de mujeres que existían en el país, identificándolas con tradiciones septentrionales perniciosas y pro-luteranas.

En este marco, y además de las razones que se explican en los textos de Todos para Uno: Régime Diabolique, el Cardenal Richelieu decidió canalizar la energía y el descontento latente creando una unidad de mujeres-soldado católicas, protectoras de la Reina. Esa maniobra levantó ampollas en dos bandos abiertamente enfrentados: tanto entre los protestantes oprimidos y vilipendiados en Francia, como entre la jerarquía católica tradicional.

Richelieu, como consumado político y manipulador, esperaba utilizar a las mosqueteras como un instrumento más para sus fines. Pero no contó con la gallardía de éstas ni, sobre todo, con un símbolo clave de la religiosidad francesa: Juana de Arco. Tanto el pueblo como la nobleza han descubierto en estas valientes mujeres un reflejo fiel de la figura y leyenda de Juana de Arco, y ahora claman por la definitiva rehabilitación y santificación de la legendaria mujer, al tiempo que han convertido a las mosqueteras en el símbolo viviente de la devoción católica de Francia.

Las Hermanas de Bradamante

Esa devoción y apego a la figura de Juana de Arco, grabada a fuego en el alma de Francia, también está detrás de la historia de la orden monástica y armada de mujeres denominada las Hermanas de Bradamante. En realidad, la orden descrita en los textos de Todos para Uno: Régime Diabolique ya existía informalmente desde antes de la época de juego, siendo un secreto a voces y tema de numerosos relatos y leyendas populares. Se creó como una hermandad secreta de monjas en la Plena Edad Media en Francia, con los fines que se explican en los textos: proteger los lugares sagrados dedicados a lo femenino (vírgenes y santas), y a las hermanas de distintas congregaciones.

Por tanto, lo que el Cardenal Richelieu ha hecho es, simplemente, sacar su existencia a la luz al darles validez jurídica. Su ilustrísima considera que, haciendo oficial la presencia de facto de las Hermanas, la jerarquía católica no tenga más remedio que aplastar la orden y hacerla desaparecer.   



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