lunes, 10 de julio de 2017

Dragaera II: La armadura es inútil

Regla de ambientación: La armadura es inútil 

Los avances de la hechicería antes y después del Interregno han hecho obsoleta la armadura en general, y la armadura metálica en particular. Además del hecho de que las armaduras y escudos apenas protegen contra la mayoría de los efectos hechiceros, el tener el cuerpo rodeado de metal dificulta controlar las energías mágicas y atrae sobre uno mismo sus efectos más destructivos. Y, por otro lado, el uso en la guerra de potentes ataques cargados de energía mágica hace que incluso las armaduras más ligeras se desestimen en favor de una mayor movilidad de las tropas. Por todos estos motivos las armaduras son prácticamente desconocidas en el Imperio Dragaerano en el tiempo de juego.
En el caso concreto de los escudos, los fabricados en madera aparecen puntualmente, y luego vuelven a desaparecer pasados unos años. Son elementos intermitentes de la doctrina militar dragaerana. Dependiendo de las tácticas empleadas en cada momento, tienen o no un hueco en el equipo de los soldados. En el tiempo de la ambientacion, apenas se utilizan.

Si alguien decidiera por algún motivo llevar una armadura metálica, tendría un penalizador de -2 a sus tiradas de hechicería, brujería o psiónica. Y, además, los efectos de hechicería, psiónica y brujería que causen daño al portador tienen un bonificador al daño igual al doble del valor de su armadura metálica.

En el capítulo de equipo y servicios se explican varias excepciones y casos específicos con relación a las armaduras y equipo protector en Dragaera.



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