martes, 13 de noviembre de 2018

Un nuevo y mejor Homero

Fuente

Sabe, oh príncipe, que en los tiempos extraños entre la Era de Átomo y el final del Primer Mundo, Stan Lee fue un nuevo y mejor Homero. 
Cierto, que son palabras mayores en grado sumo.
Así pues, con la venia, explicaré tamaña afirmación.
Ambos fueron narradores de historias de enorme éxito.
Disfrutaron de las atenciones de los poderosos mientras sus creaciones divertían a todo el pueblo.
Hallaron la grandeza desde la humildad.
Fueron maestros en el entretenimiento de su tiempo.
Crearon ciclos míticos destinados a sobrevivir más allá de sus vidas. 

Pero, una diferencia podemos señalar.
Homero, en su genio, supo resumir en lo esencial y hacer inmortal el ethos, el sentir de lo verdadero, lo bello y lo justo, de todo un pueblo.
Stan Lee, en su lugar, ayudó en su tiempo a crear un nuevo y mejor ethos para toda la humanidad. 

Qué el tiempo juzgue nuestras palabras.


Addenda del Prof. Dr. en Historia AeMilianus Mothotus: En fin, sin duda nos hallamos ante una blantate hiperbole, una exageración atrevida, hija de su tiempo, al querer comparar al por otro lado interesante Stan Lee con el primer bardo inmortal, precedente en dosmil años al hijo de Stratford-upon-Avon, no digamos ya al natural de Nueva York. Un atrevimiento fruto sin duda del carácter milenial, como se decía entonces, de este fan anónimo del constructo Marvel.
Y aún así.
Y aún así, no deja uno de preguntarse si no será cierto aquello que dijo un pensador contemporáneo de estos tiempos que tratamos: "A veces, más grande que la vida misma es el tamaño justo".

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