Los
orientales son la segunda especie en importancia de Dragaera, y sus numerosas
naciones ocupan el Este del continente donde se ubica el Imperio. Son, a efectos prácticos, humanos como los de
nuestro mundo, que viven unos setenta años en condiciones óptimas. En su condición de humanos como nosotros, los
orientales tienen varias características que les diferencian de los dragaeranos, aparte de la obvia de la longevidad: Son más bajos y menos robustos, tienen
vello corporal (y facial en el caso de los varones), y muestran una mayor variedad en
cuanto a tipos corporales, al color de cabello y al color de ojos.
En el
Imperio, y sobre todo en su capital Adrilankha, vive una masa importante de
orientales de origen diverso. La mayoría son descendientes de los invasores que
lo ocuparon durante el Interregno, o bien provienen de movimientos migratorios
recientes.
Aunque los orientales pueden venir de muchas naciones y culturas,
nos centraremos en los que provienen originalmente de Fenario, una nación limítrofe
con el Imperio, cuyas fronteras se encuentran en los llamados Campos de
Pimienta. Ese reino ha dado tanto inmigrantes como incursores e invasores, y su
cultura está muy extendida en tierras dragaeranas, siendo la dominante entre
los orientales de la capital.
La
lengua de Fenario es inteligible con las de los territorios que rodean este
reino, pero no con otras muchas lenguas orientales, ni con la lengua dragaerana.
No obstante, los orientales que viven en el Imperio suelen hablar con soltura
ambos idiomas: el propio y el del Imperio. Los fenarianos a menudo llaman elfos,
hadas o demonios a los dragareanos, y tampoco están exentos de prejuicios
contra ellos. Todo ello viene de las creencias y leyendas de sus tierras natales, y este tipo de ideas
preconcebidas son más fuertes en aquellos que han vivido en Fenario. Incluso a
veces se refieren al Imperio como Faerie o la Tierra de las Hadas.
En
general los orientales son pobres y llevan vidas marginales, con ocupaciones
serviles o proveyendo de algunos servicios especializados, como los de
hostelería.
Capacidades raciales:
Adaptable: Los orientales tienen una gran flexibilidad intelectual y de carácter, y aprenden rápido. El personaje obtiene una ventaja de su elección de rango Novato, para la que cumpla los requisitos.
Excluido:
La mayoría de los orientales que viven en el imperio no son ciudadanos y por
tanto no tienen un vínculo con el Orbe Imperial ni pueden aprender hechicería. Pueden
adquirir la ciudadanía dentro de la casa Teckla, jurando fidelidad como
vasallos a un noble y convirtiéndose en siervos o proletarios urbanos (decisión
del jugador). O, alternativamente, pueden entrar en la casa Jhereg comprando un título de nobleza menor por un precio exorbitante. Esta segunda opción puede obtenerse como una ventaja en la creación del personaje (Baronet Jhereg) o llevarse a cabo durante el juego. En este último caso, la ventaja no se puede adquirir con un avance, sino que debe hacerse pagando el precio del título. Dicho precio varía pero suele estar en torno a los 20.000 Imperiales.
Hábil:
Los orientales deben aprender pronto un oficio o destacar en algún aspecto para
ganarse la vida, ya que sus vidas son cortas y a menudo complicadas. El personaje empieza el juego con una habilidad de su
elección a d6.
Mentalidad
de gueto: En los guetos orientales de las ciudades dragaeranas se genera un cierto sentimiento de solidaridad y hay un importante flujo de información entre sus habitantes, aunque a menudo mezclado con rumores y exageraciones. El personaje gana un bonificador de +2 al Carisma al interactuar con otros orientales.
Prejuicios: Los orientales son despreciados por los dragaeranos, independientemente de que sean ciudadanos o incluso nobles menores de la casa Jhereg. El personaje obtiene la desventaja menor Forastero (con respecto a los dragaeranos del Imperio).
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