Porque a veces, más grande que la vida misma es el tamaño justo.

sábado, 5 de agosto de 2017

Dragaera XXIII: El Imperio Dragaerano

El Ciclo

El Fénix desciende en decadencia,
el arrogante Dragón ansía matar.
El Lyorn ruge y baja el cuerno,
el Tiassa sueña y nace la conspiración.
El Halcón observa desde su altivo vuelo,
el Dzur acecha fundido con la noche.
La Issola golpea tras su cortés reverencia,
el Tsalmoth permanece a pesar de todo.
El Vallista destruye y después construye,
el Jhereg se alimenta de las presas de otros.
El discreto Iorich no olvidará,
la astuta Chreotha teje sus redes.
El Yendi se enrosca y golpea, invisible,
la  Orca gira en círculos, esbelta y bestial.
El asustadizo Teckla se oculta entre la hierba,
el Jhegaala cambia con cada instante.
El Athyra domina los juegos mentales,
el Fénix resurge de las cenizas.


Notas: en su idioma original rima y tiene cadencia; no es sólo un poema.

El Imperio de Dragaera es la principal entidad política de su mundo, y también el estado en el que viven la mayor parte de los dragaeranos. Tiene una estructura social que combina el feudalismo y las castas. La estructura feudal emana de la Emperatriz, y la jerarquía de castas la forman 17 Casas que rotan en el trono del Imperio, siguiendo el orden enunciado por el Ciclo.

Imagen CC en Lyorn Records.

El ciclo es una ley natural metafísica del mundo de Dragaera que es vigilada y reforzada por los dioses y, a nivel mundano, por los líderes de las Casas del Imperio. Significa que cada Casa gobierna por turno el Imperio, cediéndolo después a la siguiente en el orden que establece el Ciclo. Lleva funcionando de forma casi ininterrumpida durante los más de 200.000 años de historia imperial, desde que Kieron el Conquistador unificó a las tribus de dragaeranos y la primera Zerika ascendió al trono como Emperatriz. Hace mucho menos tiempo  se produjo un cataclismo mágico que bien podría haber acabado con todo esto. El desastre de Adron destruyó la Ciudad de Dragaera, la antigua capital, y creó el Mar de Caos Menor. Tras la pérdida de la cúspide del imperio (lo que incluía al Orbe, el Emperador, la Corte y las élites militares) se inició un periodo de 247 años conocido como el Interregno. Esa etapa terminó cuando la actual emperatriz, Zerika IV, recobró el Orbe Imperial de las Sendas de los Muertos. Con él la Hechicería Imperial volvió al mundo y en pocas décadas el Imperio volvió a su antiguo esplendor.

La Emperatriz o el Emperador  siempre cuentan  con una corte palaciega, excepto en el turno de los Teckla, que tienen una estructura mucho  más popular y descentralizada. En la actual corte Fénix de Zerika IV, hay una Señora de la Guerra, un Primer Ministro, un Mago de la Corte, un Discreto (confidente y mano izquierda de la Emperatriz), y otros varios ministros, como el Ministro de Finanzas y el Ministro de Las Casas, por ejemplo.También los líderes de cada Casa tienen un lugar importante en la corte para representar sus intereses.

Todas las Casas del Imperio son nobles, salvo los Teckla, aunque tienen distintos grados de nobleza, y existe una jerarquía de posición entre ellas. Por ejemplo Casas como Orca o Jhegaala son nobles de nombre, pero serían equivalentes a una burguesía del antiguo régimen en nuestro mundo, en el mejor de los casos (son comerciantes, artesanos, marineros, etc.). Aunque los Teckla forman entre el 90 y el 95% de la población total del Imperio, apenas si tienen relevancia política (aunque eso podría ser distinto en un turno Teckla del Ciclo).

Las Casas separan genealógicamente a los individuos, haciendo las veces de castas en sentido literal. Los hijos de padres de Casas distintas son considerados mestizos y supone un gran estigma social que impide entrar en la mayoría de Casas (excepto los Teckla y los Jhereg). También suele estar mal visto que un individuo se dedique a una profesión distinta de las típicas de su Casa.

Por debajo de la corte imperial y en paralelo a la jerarquía de las Casas, hay también una intrincada red de leyes y tradiciones que forman la norma del Imperio. La justicia imperial, por debajo del nivel de la Emperatriz, es lenta, burocrática, complicada, clasista y a veces arbitraria. Al nivel de la Emperatriz es otra cosa. Si Zerika IV se ve abocada a administrar justicia, no anda con contemplaciones. Absolución o desintegración son los veredictos más probables, no necesariamente en ese orden.

La Guardia Imperial se encarga de proteger a la persona que ocupa el trono, y en esta época recibe el nombre de Guardia Fénix (o a veces “Guardias del Fénix”). Tiene una división que se encarga de la labor policial en la capital, Adrilankha.

El Ejército Imperial, bajo las órdenes directas de la Señora de la Guerra, es relativamente pequeño, pero en caso de conflicto real, puede multiplicar sus efectivos en muy poco tiempo. La Emperatriz o la Señora de la Guerra pueden tomar el control de los ejércitos privados que mantienen los principales aristócratas Dragón, y también pueden incorporar levas Teckla, aunque su efectividad es más que discutible. El Orbe Imperial, por otro lado, da un enorme poder a la Emperatriz para defender el Imperio por medios hechiceros.

Mapa del Imperio, por Bryan Newell, CC BY-NC 3.0.

El Imperio ocupa la mayor parte del continente de Dragaera, limitando al este con los reinos orientales. Al oeste se encuentran varias islas independientes, habitadas por dragaeranos; y, al norte las Llanuras Eternas, las Sendas de los Muertos y el Mar de Caos Mayor. Dentro de sus fronteras hay toda clase de climas y ecosistemas: junglas, bosques, praderas, desiertos y parajes de alta montaña.

Mapa del Sureste del Imperio, por Bryan Newell, CC BY-NC 3.0.

Todo el territorio imperial está cubierto por una capa de nubes permanente, de tonos anaranjados o rojizos que cambian según la estación y el momento del día. La mayoría de los investigadores arcanos consideran que esta cobertura es un efecto residual del uso y abuso de la Hechicería Imperial desde hace cientos de miles de años. La capa de nubes tiene una apariencia neblinosa o vaporosa cuando se atraviesa (por ejemplo, al ascender a ciertas cumbres montañosas) y se mueve en ciclos de elevación vertical. La cobertura también se contrae y expande en su espesor, pero nunca llega disolverse ni precipita en forma de lluvia. Por lo general estas nubes no dejan ver el sol, al que los dragaeranos llaman el Horno. En los límites de imperio la cobertura se hace va haciendo más delgada hasta desaparecer, de forma que cerca de las fronteras pueden verse tanto el Horno de día, como las estrellas de noche.



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