Porque a veces, más grande que la vida misma es el tamaño justo.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Dragaera XXVII: Vida cotidiana

Vida cotidiana en el Imperio Dragaerano

En este apartado proporcionamos algunas pinceladas generales de la vida social y cultural de los dragaeranos del Imperio, para ayudar a dar color y profundidad a las aventuras de los personajes.

Familias

La vida familiar de los dragaeranos tiene las mismas bases que la nuestra (la occidental moderna). Es decir, se fundamenta en la familia nuclear de padre, madre y descendencia. No obstante, hay dos aspectos que introducen diferencias de matiz con nuestro mundo y con los llamados orientales.

Por una parte, la gran longevidad de los dragaeranos (varios miles de años), que supera con mucho a su tiempo de maduración (unos pocos cientos de años), hace que a menudo tres o mas generaciones puedan convivir y relacionarse en estados vitales similares. Además, esa longevidad suele llevar a un cierto desapego hacia los lazos de sangre con tus ascendentes y descendientes, según pasan más y más ciclos, y eso anima a la construcción de otro tipo de grupos sociales.

Por otro lado, las casas tienen una gran influencia y el modelo de relaciones familiares queda definido por la idiosincrasia de cada casa. Así, los Teckla suelen formar núcleos familiares compactos y muy unidos, o bien grandes familias extensas con lazos de solidaridad. Y otro ejemplo muy distinto sería el de las familias Dragón: son linajes aristocráticos donde las posiciones relativas y las relaciones interpersonales están muy regladas, y son objeto de examen continuo en un marco de competencia feroz. En cuanto a las familias de los inmigrantes orientales, suelen predominar las nucleares extendidas, es decir las de padre, madre, descendencia y abuelos supervivientes de la generación anterior.

Los hombres y mujeres dragaeranas tienen derechos y obligaciones muy similares, y el sexo no es un gran condicionante para el papel en el núcleo familiar. Las mujeres pueden controlar su reproducción si lo desean, mediante la contra-concepción usando hechicería o alquimia (aparte de que los dragaeranos no son especialmente fértiles). Esta igualdad entre géneros no debe llevar a pensar que no existan otras desigualdades o prejuicios. Por ejemplo, en el Imperio no se aprueban en absoluto las relaciones románticas entre distintas casas, y menos aún entre aristócratas y la plebe. Si bien un encuentro estrictamente sexual se puede considerar algo normal, las relaciones estables o tener descendencia supondrán un gran estigma social para los implicados.        
 
Transporte

El transporte, como la mayoría de los elementos técnicos o tecnológicos de Dragaera, se encuentra en un grado de desarrollo semejante al de los inicios de la Edad Moderna en Europa. La principal fuerza motriz terrestre es la animal, y se usan varios tipos de carros, carretas y carruajes para el transporte de mercancías y personas. La equitación se suele considerar tanto un deporte como una habilidad marcial, en ambos casos propia de las casas más nobles. La principal excepción a esta norma serían los mensajeros a caballo. Dichos mensajeros son tanto privados como imperiales. Los segundos están organizados en un sistema de postas imperiales, que también incluye el transporte de personas en carruaje por las principales carreteras del Imperio. En las ciudades, a menudo los mensajeros pueden no usar cabalgaduras, tanto por comodidad como por economía de medios.

Como complemento al transporte animal y los desplazamientos a pie, los ríos y canales del Imperio suelen ver un tráfico importante de mercancías, sobre todo en la dirección de la corriente, es decir hacia las costas. Como por ejemplo, hacia la capital Adrilankha. Esta urbe es un importante puerto de mar, como lo son muchas otras ciudades del Imperio, con grandes muelles comerciales. El transporte marítimo de mercancías supone un sector mercantil vital, que comunica las costas imperiales y permite comerciar con los reinos isleños. Los navíos dragaeranos son, en su mayor parte, grandes veleros pesados, de varios mástiles.

Comidas y bebidas

Los dragaeranos tienden a ser grandes sibaritas y disfrutan con pasión de muy diferentes tipos de comida y bebida, sobre todo en las grandes ciudades como Adrilankha, donde es posible acceder a una variedad de estilos y productos.

Los inmigrantes orientales también comparten esos gustos, aunque rara vez se pueden permitir los mismos gastos que los ciudadanos del Imperio. La comida oriental suele ser apreciada por muchos dragaeranos sibaritas, de manera que la hostelería es un sector pujante entre los inmigrantes de la capital.

En Dragaera conocen el café y varios productos derivados, siendo el más extendido una infusión dulce y cremosa llamada klava. En cuanto a las bebidas alcohólicas, tanto los vinos como las cervezas tienen sus partidarios, y son habituales en la mayoría de las mesas. El vino quizás más escaso y buscado es el Serioli, por haber sido elaborado por una raza huidiza y cuasi-extinta (y, de hecho, para muchos más legendaria que real). En cuanto a licores más fuertes, el más popular es el oishka, un destilado fuerte obtenido de diversos granos.

Teatro, música y literatura

El teatro en Dragaera es un entretenimiento destinado sobre todo a las clases medias y bajas del ámbito urbano, si bien también tiene aficionados entre las casas de la alta nobleza. Las comedias, las farsas y en general las obras de puro entretenimiento son las más populares en el Imperio.

La música se divide, de una forma bastante estricta, entre popular y culta. La primera estaría destinada a los Teckla y la burguesía y artesanado urbanos. Y la segunda sería el coto privado de la alta nobleza. Existe un gremio de trovadores, dedicados sobre todo al arte popular, y varias categorías de pequeños grupos y orquestas, que interpretan sus obras con un amplio abanico de instrumentos de cuerda, viento y percusión.

En cuanto a la literatura, está circunscrita a las personas alfabetizadas, lo que excluye a la inmensa mayoría de los Teckla y de los inmigrantes. Para el colectivo restante, existe un pequeño pero rico mercado de obras de ficción impresas (en prensas manuales bastante primitivas). Los romances de acción, intriga e historias del corazón son los más populares entre todas las casas.
  
Juego y prostitución

Estos dos elementos de la sociedad de Dragaera comparten una serie de aspectos en común. En primer lugar, ni uno ni otro son estrictamente ilegales ni son considerados inmorales por los dragaeranos. El juego, incluyendo las apuestas, se considera algo normal mientras no resulte obsesivo ni destructivo para el practicante. Y la prostitución, entendida como ofrecer sexo a cambio de dinero, no se ve como algo malo o inmoral. Tampoco la prostitución está circunscrita o es mayoritaria como ocupación femenina. Como se ha explicado, la sociedad dragaerana es mucho más igualitaria en las relaciones entre sexos que en otros campos, y hay prostitutas hombres y mujeres. Tampoco hay grandes prejuicios contra la homosexualidad o la bisexualidad.

Por otro lado, tanto en el juego como en la prostitución convergen dos aspectos: por una parte, un interés de sus practicantes en tener una cierta intimidad y ciertas comodidades; y por otra parte, un deseo por evitar la legislación imperial. Sucede que, si bien la ley no prohíbe estas cosas, sí que las grava con abundantes impuestos y las entorpece con regulaciones a menudo anticuadas y aparatosas. Todos estos factores contribuyen a que dichas actividades, cuando se realizan de forma organizada y a una cierta escala, terminen recayendo en las manos de la organización criminal Jhereg, cuyos miembros son casi siempre de la casa del mismo nombre.


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