Porque a veces, más grande que la vida misma es el tamaño justo.

viernes, 28 de julio de 2017

Dragaera XX: Cosmología

Cosmología

Dragaera da nombre a un imperio, un continente y un planeta. Si, no es muy imaginativo. En fin, no se lo pusimos nosotros. Todas esas nomenclaturas provienen del nombre de la capital original del susodicho imperio, que ya no existe. La ciudad fue destruida en un colosal desastre mágico, que creó un pintoresco accidente geográfico sobrenatural llamado el Mar de Caos Menor, y dio inicio a un periodo convulso llamado el Interregno.

Pero no nos adelantemos demasiado. Comencemos por el universo, por empezar con algo manejable. Oh, venga... al menos a Vlad le ríe los chistes Loiosh.

En el universo existen distintas dimensiones o realidades, siendo la del mundo de Dragaera una de ellas. Los dioses y los demonios se definen por trascender, o incluso habitar simultáneamente en varias de esas dimensiones. Y, de hecho, algunos investigadores arcanos diferencian a los demonios de los dioses simplemente porque los primeros pueden ser controlados de alguna forma por los habitantes de una dimensión; mientras que los segundos, no (lo que no significa que sean omnipotentes o no tengan limitaciones).

Los principales dioses de Dragaera, aunque tienen una naturaleza inter-dimensional, están unidos en sus "sobrenaturales e incomprensibles" vidas a la realidad de Dragaera de una cierta forma. Si su "reino" o plano de existencia está asociado cosmológicamente al mundo o de algún modo forma parte del mismo, es algo que eruditos y arcanistas discuten en profundas diatribas, sobre todo cuando se han pasado con el vino serioli.

En fin, ocurre también que esos dioses se reúnen en un consejo o grupo de apoyo mutuo, llamado los Señores del Juicio, en los altisonantes (y repetitivos) Salones del Juicio. El tiempo podría no transcurrir de forma lineal allí, si eres de los que se interesan por esas cosas. Todo ello tiene algo que ver con sus funciones como divinidades, en especial con el tránsito de las almas de los mortales después de su deceso. Ah si, claro. No sabéis lo de las almas: las de las personas son inmortales, y al morir abandonan el cuerpo (normalmente, a los tres días) para ir a las Sendas de los Muertos. Allí permanecen hasta que, por incognoscibles razones o porque les apetece a los dioses, se reencarnan.

Además, si hacemos caso a los grandes teólogos, filósofos y hechiceros de Dragaera (es curioso cómo todos convergen en el estudio de las divinidades), los Señores del Juicio son grandes manipuladores de la historia del mundo, ¡aunque no se preocupan de tus problemas o pecadillos! Lo suyo son las grandes leyes naturales y los hechos históricos irreversibles: La ascensión de las actuales razas (o especies, mejor) dominantes en el mundo, la creación del Imperio Dragaerano, y la institución del Ciclo, una ley natural metafísica que influye en el destino del mundo, tanto hoy como el primer día.

Ah, y los dioses no necesitan adoración, pero no por ello la desprecian. Es decir, tienen su corazoncito y su vanidad. Ahora bien, la forma que adopte el culto, sus principios éticos y su liturgia, casi siempre les dará igual. Una misma divinidad, digamos su augusta y terrible Verra, la diosa demoníaca, puede ser adorada entre unas gentes como una deidad cívica y convencional, mientras que en otra punta del mundo, un aquelarre de sectarios sacrifica donceles a la luz de la luna para aplacar a la diosa (ya ves que, como en todos los mundos, hay gente que no sabe divertirse).

Sobre el Imperio y el Ciclo hablaremos largo y tendido en su apartado correspondiente, que sigue a este. Ahora centrémonos en el planeta para conocerlo un poco. Este gira alrededor de un sol similar al vuestro, al que los dragaeranos llaman el Horno, en una órbita anual que dura 289 días locales. En el planeta hay tectónica de placas y tiene un tamaño similar a la Tierra (muy a grosso modo) y un super-continente cuyo nombre ya conocéis, que es la principal masa terrestre en un mundo por lo demás cubierto por los mares. Hay cuatro estaciones en las zonas templadas y más bien dos en las tropicales y ecuatoriales. Un elemento nada convencional son los Mares de Caos, el Mayor y el Menor. Son dos masas de Caos viviente contenidas, y también las fuentes de la amorphia que alimenta la magia (como la Hechicería Imperial) en Dragaera. El Mar de Caos Menor se formó por un desastre mágico de hace unos cientos de años, y en cuanto al Mayor, se especula que debió ser un desastre anterior, pero de proporciones cataclísmicas. Decimos que se especula porque existe desde hace muchos cientos de miles de años, antes de la creación de Imperio, y no hay registros al respecto.

La flora y la fauna del mundo de Dragaera comparten numerosas especies con la Tierra, pero muchas otras son completamente ajenas a lo que podéis conocer. Y unas pocas son muy sospechosas de haber sido creadas mediante métodos arcanos o manipulación genética (¿tigres enormes con alas membranosas? ¡Alguien dijo Tiassa!).

Hablando de especies, en cuanto a las inteligentes, hay dos que son dominantes en el super-continente. La primera son los dragaeranos, que forman un gran imperio y son vagamente faericos. Es posible imaginárselos como una suerte de meliboneses o vadhagh de las historias de Corum y Elric, pero en una versión ascendente y vitalista, antes que decadentes y ensimismados. Elfos con esteróides es terriblemente inapropiado, pero podría servir si no os dan para más esas cabecitas. Los otros habitantes principales del mundo son humanos como vosotros, los de la Tierra. Los dragaeranos los llaman orientales, porque viven al Este de su Imperio. Todo un prodigio de imaginación, ¿eh?

Ambas especies son descritas en detalle en los apartados correspondientes a cada una de ellas, junto con sus características de cara a la creación de personajes jugadores.

Hay otras especies inteligentes muy menores y de número escaso en Dragaera, entre las que destacan los Gato-centauros y los Serioli. Los primeros cumplen lo que prometen con su nombre, siempre que también llames gato a un felino depredador de la talla de un búfalo. Son nómadas de las llanuras, huidizos y viven fundamentalmente de la caza. Sus características de juego aparecen en el apartado de Gentes de dragaera de esta ambientación. En cuanto a los Serioli, son una especie ancestral, cuasi-extinta, de seres menudos (por comparación a un dragaerano, claro) y misteriosos que viven en zonas recluidas de montaña. Es posible que sean descritos con más detalle en un futuro suplemento de tipo Companion. O no. Hacen, o hacían, un vino espléndido, carísimo y muy difícil de conseguir.

Una última cosa: puede que leáis algunas especulaciones maliciosas referidas a una especie de poderosos seres ancestrales, semi-divinos, que fueron los responsables de la creación del Mar de Caos Mayor, y de las experimentaciones genéticas que dieron origen a muchas de las criaturas más inusuales del mundo. Incluso hay quien afirma que crearon a los propios dragaeranos, a partir de una especie ancestral de la que también descienden los orientales. Que esos Jenoine, como los llaman, existieran, es pura especulación impropia de mentes racionales. ¡No deberíais hacer caso a tales paparruchas!    








       





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